jueves, 22 de enero de 2015

Reseña "El fotógrafo de cadáveres" de Julio Castedo

Título: El fotógrafo de cadáveres
Autor: Julio Castedo Valls 
Publicación: Plataforma Editorial, 2012
Páginas: 213 


Ambientada en la Primera Guerra Mundial, El fotógrafo de cadáveres narra la historia de dos protagonistas: Stefan Adler, un brillante fotógrafo vienés contratado para fotografiar a los cadáveres de los hijos de la alta sociedad austriaca muertos en el asedio austro-húngaro a la ciudad de Belgrado; y Arthur Klammer, un joven soldado, nihilista e introvertido, que se ve obligado a participar en una contienda que no comprende, una guerra en la que no hay redención ni purificación, sino solo un dolor intenso e injustificable.

Tras el estallido de la Gran Guerra, Adler realizará su trabajo con una perfección cada vez más obsesiva, queriendo devolver a los padres de los soldados muertos una imagen serena de sus hijos, un recuerdo que puedan contemplar. Aprende a suturar, a maquillarlos, a disimular sus heridas, para que una vez fotografiados puedan dar la sensación de que estuvieran dormidos. Convierte así un oficio aparentemente repulsivo en una tarea cargada de humanidad.

Mientras tanto, Klammer colisiona con un mundo de rigidez e intolerancia militar desconocido para él, y debe enfrentarse a la muerte y al horror una y otra vez. La vida de barro, ratas y peligro de las trincheras le resulta insoportable a un joven culto que no comprende el mundo en el que vive y sueña con ser escritor.


[...] Todo son manipulaciones de afectos y de sentimientos infantiles puestos al servicio de los políticos. Solo somos personas [...]. Aceptar que una vida vale más que otra es una perversión. [...]

Hará cosa de dos años, al poco tiempo de aventurarme en  esto de los blogs literarios; tuve el placer de conocer a través de Facebook al escritor Julio Castedo, autor de, entre otras obras,  “El fotógrafo de cadáveres”, la novela que os quiero recomendar hoy. Recuerdo que mantuvimos una charla corta, pero muy agradable y que me hizo valorar que, Julio, aparte de gran escritor, es  una gran persona. Él muy amablemente me ofreció un ejemplar de su obra, que yo acepte encantada;  sin embargo, poco después  me metí de cabeza en este proyecto en el que llevo inmersa  desde aquella y la novela fue a parar a mi abarrotada estantería de libros pendientes. No fue hasta ayer que se dio el momento exacto para empezar a leerla, justo cuando buscaba una lectura diferente, algo contrapuesto a las novelas chick-lit que ocupan mí día a día…y es que cada obra tiene su momento…

Sinceramente, no me esperaba que me gustase tanto como lo ha hecho, fue  toda una sorpresa, púes las novelas bélicas no son mí fuerte,  pero está en particular me engancho de tal manera que no pude dejar de leer hasta llegar a su final y descubrir los secretos de sus enigmáticos personajes.

La novela, ambientada en la primera guerra mundial, nos cuenta la historia de Arhur y Stefan, dos hombres  sin aparentemente ninguna relación, pero ambos imprescindibles en la trama, a los que vamos conociendo a través de capítulos cortos que se alternan entre uno y otro.

Por un lado tenemos a Arthur, un chico joven e inteligente que sueña con ser escritor y cuya vida se reduce a leer y dormir; púes evita las horas del día para no tener que lidiar con su madre, con la que no tiene especial cercanía. Es un chico muy culto y por ello se considera superior y posee un carácter engreído e egoísta.  Su solitaria existencia se ve interrumpida cuando lo llaman a filas y es  obligado a luchar en una guerra que ni le va ni le viene.

Por otro lado tenemos a Stefan, un hombre en la década de los 50, con un matrimonio fracasado a su espalda que trabaja como fotógrafo en la cárcel y pasa las horas muertas ahogando sus penas en alcohol. Su vida cambia cuando la cruz roja, basándose en su reconocida condición de fotógrafo,  le ofrece un trabajo peculiar y un poco macabro, fotografiar a los soldados muertos en el frente, simulándolos dormidos, para que sus familias conserven un recuerdo de ellos, y  es así como se convierte en fotógrafo de cadáveres. En el hospital de campaña al que es destinado conoce a María, una joven enfermera  que despertará de nueva su ilusión por la vida, pero a veces el amor es tan complicado...

[...] A veces el amor llega de repente, te invade y te confunde, y es hermoso que sea así, pero en otras ocasiones sólo se desliza, como el agua entre los dedos, para después hacerse profundo y cambiarlo todo [...]

Dos personajes increíblemente bien definidos y trabajados, ambos con una personalidad compleja  que Julio Castedo sabe retratar a la perfección, dotándolos de tal realismo que durante toda la lectura he sentido su cercanía, emocionándome, asustándome e riéndome con ellos. Somos testigos de sus pensamientos llegando así a comprender cada una de sus actuaciones. Dos protagonistas a los que además vemos evolucionar a lo largo de las páginas, especialmente a Arthur, al que la guerra enseña lo que es la vida y lo convierte en una persona muy distinta del que conocemos al principio. 

La prosa de Castedo es muy elegante y cuidada, invitando al lector a replantearse y reflexionar sobre diversas cuestiones, como el sin sentido de las guerras, el azar,  la vida y la muerte... Con un amplio léxico y muy rica en detalles resulta una delicia disfrutar de sus palabras, aunque también contiene partes duras, al fin y al cabo estamos ante una novela bélica y las guerras nunca traen cosas buenas. A veces  he tenido que parar un rato su lectura  para asimilar y poder continuar, aun así es una lectura que resulta cautivadora y muy emotiva.

[..] Hay veces que la vida concentra toda su esencia en unos días o en unas horas, y eso nos permite vivir después muchos años al abrigo de los recuerdos [...]

La ambientación, como todo lo demás, es sublime, recreando maravillosamente bien la época y  haciendo palpable el miedo  y la angustia de la guerra. Y por si todo lo anterior resulta poco para quedar fascinado y atrapado por la historia, en los últimos capítulos un giro de 360 grados consigue sorprender todavía más, elevando la obra de buena, a maravillosa. Yo, que a menudo presumo de predecir el final de muchas novelas, me quede con la boca abierta por un final que me pillo totalmente desprevenida. No es el final que yo hubiese deseado, pero creo que es el indicado para que la novela consiga hacerse inolvidable.

Como veis, el fotógrafo de cadáveres, es una novela que se sale de mis géneros habituales de lectura, pero que he disfrutado inmensamente, porque si algo agradezco  en una novela es que me haga sentir, que me emocione y me haga querer a los personajes como si fuesen reales y esta corta, pero intensísima novela lo consigue con creces. Una novela sorprendente, con unos personajes muy auténticos  y una historia cargada de emotividad en medio del horror de un guerra.

lunes, 19 de enero de 2015

Reseña "La niña del arrozal" de José Luis Olaizola

Fecha de publicación:05/05/2011
256 páginas
IdiomaEspañol
ISBN978-84-270-3738-0
Código: 10002352
Formato: 15,5 x 23,5 cm.
Presentación: Rústica con solapas
ColecciónMR Emociónate
Wichi es una joven tailandesa de doce años inteligente, alegre y extravertida. Feliz porque sus padres viven juntos y se aman, las cosas comienzan a empeorar el día que su madre, una hermosa mujer que con diecisiete años ya había ganado un concurso de belleza local, se deja arrastrar por el juego y empieza a gastar el poco dinero de que disponen. Cheonchai, el padre de Wichi, desesperado y alcoholizado, desaparecerá de casa para no volver jamás. Sola y sin entender nada de lo que ocurre a su alrededor, el mundo de Wichi se tambalea definitivamente cuando su madre muere y se queda a cargo de su abuela, la señora Phakamon, una perversa anciana que nunca la quiso y cuyos planes pasan por deshacerse de ella abandonándola en un prostíbulo. Sin embargo, la prodigiosa intervención de Siri, la única persona que se preocupa de Wichi, servirá para que ambas emprendan una huida que las lleve lejos de su terrible destino.

En su viaje llegarán a Chiang Dao, una apartada región donde encontrarán la paz y la felicidad gracias a la generosidad de la familia Pimok. Wichi aprenderá el duro y sacrificado oficio de los arrozales, será cortejada por un joven prendado de su sencillez y hermosura e incluso aprenderá nociones de informática. Pero un día la señora Phakamon reaparece...
Basada en hechos reales,  esta corta, pero intensa novela, nos muestra la trágica situación a la que muchas niñas Tailandesas se enfrentan cada día, niñas a las que se les arrebata su niñez para disfrute de” hombres”  degenerados que pagan por acostarse con ellas; es algo que en países desarrollados nos parece atroz e casi imposible, pero lamentablemente es la pura realidad en muchos países asiáticos. La pobreza hace que a menudo las mismas familias sean las que venden a las menores a la “industria del sexo”, como  se denomina la mafia que maneja tal atrocidad.  José Luis Olaizola, su autor, sabe bien de lo que habla, o escribe en este caso, púes es el fundador de la ONG Somos Uno, que lucha contra la prostitución infantil en estos países. 

A raíz de sus vivencias en la ong y haber conocido centenares de casos, José Luis, recrea la vida de nuestra pequeña protagonista, Wichi, una niña de 12 años que tras el abandono de su padre y la posterior muerte de su madre, queda en manos de su despiadada abuela, una mujer  sin sentimientos que solo piensa en acumular dinero y que  para ello no duda en vender a su propia nieta a la industria del sexo. Por suerte para la pequeña, Siri, la criada que sirvió a su familia durante años, la quiere como a una hija y moverá cielo y tierra para arrebatar a Wichi de manos de su abuela y conducirla a un destino mejor, y sobretodo, más digno.  Para ello tendrán que sortear muchos obstáculos, hasta que finalmente van a parar al arrozal de la familia Primork, que las acogen y le ofrecen trabajo, pero escapar de la mafia no es tan sencillo y Wichi no estará a salvo por mucho tiempo…

Es una novela que me ha gustado mucho y que me acercó a una realidad que no me era desconocida, pero que ni por asomo me imaginaba que alcanzase tal magnitud. Pensar en todas esas niñas me hace temblar de rabia e impotencia, porque jamás se debería de atentar contra los derechos de un niño; jamás de los jamases, es lamentable e inhumano. 

Pero a pesar del tema tan duro que se trata en la obra yo no la calificaría de triste,  es cierto que recrea una realidad muy cruda, pero la historia de Wichi es una historia de superación,  un ejemplo de como a pesar de la adversidad se puede salir adelante con el coraje suficiente. Una novela conmovedora, real y cargada de sentimiento, que nos enseña las dos caras del ser humano, la crueldad  y ambición de quienes solo buscan hacer negocio y la bondad desinteresada de quienes  ayudan a la niña a escapar de su trágico destino.

Los personajes están bien trabajados, aunque no se profundiza en ninguno de ellos, púes en mi opinión, el autor lo que pretende es hacer consciencia  de la situación, lo que sin duda, consigue. La recreación, en cambio, es sencillamente espectacular, con pocas palabras consigue trasladar al lector a la lejana Tailandia y acercarnos a su cultura, a su gastronomía, a su gente…. Y es que la niña del arrozal, es una obra con una narración y un léxico muy sencillos, pero que consigue transmitir mucho.

En conclusión, es una novela corta e intensa, que recrea el drama de la prostitución infantil en Tailandia a través de los ojos de una niña que tendrá que luchar con todas sus fuerzas si quiere escapar a su cruel  destino. Una novela muy conmovedora y humana capaz de despertar un sinfín de sensaciones. Sin duda, merece la pena ser leída.

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